Las mujeres que vivimos y trabajamos en el mundo rural exigimos igualdad en nuestro trabajo en las explotaciones agrícolas y ganaderas, y en el resto de
actividades industriales y de servicios del mundo rural. Igualdad en el apoyo social a la mujer rural. Progreso para nuestra actividad socioeconómica dentro de nuestros pueblos.
La mayor parte de las mujeres rurales desarrollamos nuestro trabajo en la explotación familiar agraria, padeciendo todos los inconvenientes de trabajar pero ninguna de sus ventajas, puesto que el trabajo no nos reporta –de forma directa y personal- remuneración, derechos sociales e identidad profesional. Nos convertimos así, de hecho, en un gran colectivo invisible y nada reconocido.
Es necesaria la mejora de la vida diaria de las mujeres que viven el medio rural y de sus familias. Es fundamental que se reconozcan la información y el conocimiento como derechos fundamentales, para que las nuevas herramientas (teléfonos móviles, ordenadores con acceso a internet, correo electrónico…) potencien el desarrollo en lugar de incrementar la marginación.
Hay que fortalecer la formación para la mujer, para que sepamos y podamos aprovechar las oportunidades derivadas de los cambios en el sector y adaptarnos a las nuevas necesidades culturales, profesionales y organizativas
Ejercemos una actividad económica sometida a grandes incertidumbres, en un entorno muy masculinizado y en un medio con poco apoyo social que nos ayude con las tareas familiares.
A través de FADEMUR, las mujeres rurales denunciamos las situaciones de discriminación y desigualdad, contribuimos a mejorar la formación y la capacitación; y reivindicamos el reconocimiento del papel que las mujeres desempeñamos en la estabilidad y el desarrollo del mundo rural.
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